Manecillas, Capítulo 8

  08 Whitney se sentía culpable. La madre de Clark estaba en el hospital, y aún así su mente le daba vueltas al aparente rechazo que había s...

10/03/25

Manecillas, Capítulo 10

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Whitney estaba haciendo el mismo ejercicio tedioso, acostado en la camilla mientras la fisioterapeuta le decía que faltaba pronto para terminar. Como de costumbre, Clark estaba allí.


—Todo listo. Continuamos la próxima semana —le dijo la mujer. Whitney agradeció mientras esta se iba y se sentó con lentitud, luego Clark le acercó sus zapatos.


—¿Qué tal? 


—Duelen un poco menos que la vez pasada —Whitney dijo mientras se anuba las agujetas—. Pero siguen siendo para nada.


—Sé paciente.


—Cómo si estos ejercicios le sirvieran a alguien.


—Deberías cuidar más lo que dices —Clark se cruzó de brazos, incómodo.


Whitney lo miró extrañado, hasta que se percató de su alrededor. Había hablado más alto de lo anticipado, y dos pacientes lo veían con gestos ofendidos.


—No hablaba de… —Whitney se detuvo y agachó la cabeza mientras Clark reía por lo bajo—. Como sea.


—Mejor vámonos, si ya no dices nada grosero, te dejo oír tu música de anciano.


—Que no es de anciano —Whitney entrecerró los ojos, pero por responder tan rápido se atragantó.


—Si hasta te pones a refunfuñar como uno, incluso te ahogas con tu saliva —Clark dejó salir una carcajada ante su propio comentario.


—Ya es suficiente Kent —Whitney bajó de la camilla y avanzó hasta las sillas para tomar su mochila—. Será mejor que te calmes, mi música es mejor que tus inclinaciones pop.


Cuando volteó, Clark no decía nada, sólo lo miraba azorado con media sonrisa.


—¿Ahora qué? —dijo Whitney al cabo de un momento.


Clark señaló a la camilla, donde su bastón seguía recargado.


—No cojeaste.


—Estás jugando —Whitney dijo con escepticismo, pero la sonrisa reluciente de Clark parecía honesta. Whitney avanzó—. Lo dices en…


Y así confirmó que Clark decía la verdad, porque solo hasta el siguiente paso volvió a sentir el tirón molesto en su pierna, por lo que tuvo que sentarse. Clark fue a darle su bastón, con una sonrisa de “te lo dije”.


—¿Ves que sí funcionan? Sólo hay que ir un paso a la vez.


—Solo fue un rebote de gato muerto —Whitney dijo mientras se volvía a poner de pie.


—No seas fatalista —Clark se puso la mochila al hombro—. Andando.


Antes de poner la camioneta en marcha, Clark sacó de la guantera una caja de CD, luego metió el disco al reproductor del auto.


—¿Qué vamos a escuchar, Disc-Jockey? ¿A Rush of Blood to the Head quizás? —preguntó Whitney mientras se ponía el cinturón de seguridad.


—Será algo bueno, no te preocupes.


Clark arrancó el motor al mismo tiempo que la música empezaba. De inmediato el cantante de The Moody Blues comenzó su interpretación. Whitney sintió que había ganado una batalla.


—Así que aceptas que mi música es grandiosa.


—Sigue siendo de viejitos, pero es buena —Clark dijo, mientras con el dedo índice golpeaba el volante al ritmo de la música.


Whitney abrió la ventana y de inmediato una ráfaga de viento impactó en su cara como una ola de mar, relajando su cuerpo. A su lado Clark empezó a cantar en voz baja la letra de Nights in White Satin


Desde ese ángulo, cantando con el pelo alborotado por el viento mientras el atardecer acentuaba sus pómulos, Clark parecía sacado de una pintura renacentista. Podría mirarlo por siempre.


—¿Ahora no cantas? —Clark le dijo sin despegar la vista del camino.


—¿Y arruinar tu interpretación? —Whitney dijo en son de broma, aunque de verdad no quería meterse en el momento. Quería concentrarse en saborear la escena.


Clark continuó entonces, mientras Whitney intentaba acallar los sentimientos en su cabeza, a los cuales no se atrevía ponerles nombre. No podía dejar de pensar en la forma en que Clark se aferró a su mano mientras estaba en la semi-inconsciencia, en lo mucho que deseaba volver a verlo, en el revoloteó en su estómago cuando Clark le llamó para decirle que ya estaba bien.


No necesitaba cambiar las cosas por el momento o siquiera plantearse escenarios imaginarios con el chico granjero, sólo quería disfrutar de su amistad (y ocasionalmente de su atractivo estético).


Como había dicho Clark, un paso a la vez.