Manecillas, Capítulo 8

  08 Whitney se sentía culpable. La madre de Clark estaba en el hospital, y aún así su mente le daba vueltas al aparente rechazo que había s...

10/03/25

Manecillas, Capítulo 17

CALLING

17 

Las semanas habían pasado en un abrir y cerrar de ojos. Cuando Clark se dio cuenta, el ensayo de la boda sería el día siguiente. Y sin embargo Clark estaba con los pelos de punta por otro motivo.


Seguía pensando en lo que había descubierto gracias al Doctor Swann, que sería el conquistador de la tierra. Su mente no dejaba de pensar en lo que habría más allá de las estrellas visibles, del destino que su padre biológico estaba empeñado en imponer incluso si estaba muerto. Quería poder elegir por primera vez en su vida.


Estaba tan enfrascado en sus preocupaciones que no escuchó cuando Lana terminó de subir las escaleras del loft.


_¿Estudiando tarde? _Lana dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Con sus manos sostenía una caja.

Clark volteó hacia el reloj de su mesa de noche. Ni siquiera se había dado cuenta de que faltaban siete minutos para la media noche.


_Tengo que adelantar tarea, el fin de semana estaré muy ocupado por la boda _Clark miraba la caja con un mal presentimiento. Deseaba de todo corazón que no fuera un regalo_. ¿Se supone que adivine qué hay allí?


_No _Lana lo miró con curiosidad_. Se supone que cierres los ojos.


Clark hizo como le pidió, aunque a regañadientes. Si lo que pensaba era correcto, puede que no le gustara la sorpresa. 


Cuando Lana le pidió que abriera los ojos, frente a él había un pastel con una cuantiosa cantidad de velas. 


_Sé que técnicamente no es tu cumpleaños hasta dentro de siete minutos, pero quería celebrar _Lana le dijo con mirada ilusionada, lo que le causó incluso más culpa a Clark, que sentía que su estómago se encogía. Se alejó del pastel de la forma más cortés que pudo, y se volvió al marco de la ventana.


_¿Pasa algo? _Lana le dijo con voz suave.


_No es mi cumpleaños en realidad _Clark soltó_. Sólo es una fecha que mis padres eligieron durante el proceso de adopción.


Hacía años que Clark había dejado de celebrar su cumpleaños. Con cada nuevo pastel, más recordaba que Martha y Jonathan no eran sus padres biológicos, que esos estaban a miles de kilómetros de distancia, como había sido durante tantos años. Esta ocasión era peor, porque ahora cabía la posibilidad de que Clark fuera el último descendiente de una raza que planeaba conquistar la tierra, si los mensajes en su nave espacial eran correctos. El pastel de Lana era un recordatorio de lo delicada que era la vida que había construido. Un aleteo de mariposa sería suficiente para destruir todo a su camino.


Era una fortuna que Lana fuera una santa, porque se acercó a Clark con el pastel, y le dijo con voz dulce.


_Aún así, algunos queremos celebrar el hecho de que llegaras a nuestras vidas.


El corazón de Clark se sintió aún más cálido. Lana no tenía la culpa de lo que planearan sus padres kriptonianos, ni siquiera sabía algo de lo que pasaba. Sólo estaba allí, cuando era casi medianoche, para pasar tiempo con Clark porque lo quería, y eso significaba el mundo. Pensar en eso le sacó una sonrisa a Clark, que a su vez ensanchó la de Lana.


_Pide un deseo. 


Clark lo meditó un segundo, pero llegó a la conclusión obvia.


_Desde que tenía cinco años, he deseado la misma cosa, pero ya no necesito soplar velas _Clark retiró con cuidado el pastel de las manos de Lana y lo puso sobre la mesa_. Lo que siempre he querido está justo frente a mí.


Lana abrió los ojos, expectante. Las velas reflejaban una luz sobre sus mejillas que la hacía ver etérea. Clark se acercó a su rostro, mientras ella cerraba los ojos. Lana se humedeció los labios. Justo igual que…


Clark se apartó de golpe. De repente el cuarto ya no le parecía salido de ensueño, era la misma astillada y sucia madera de siempre. Y Lana ahora se veía como una buena amiga. Era como recibir un balde de agua fría en medio de un baño de burbujas.


_¿Clark?


No podía verla a los ojos. No cuando lo único que estaba en su cabeza en ese momento era Whitney. 


Las cosas habían ido bien entre Lana y Clark. Habían estado muy unidos desde lo que pasó con el “fantasma” de Emily, lo único que faltaba era formalizar las cosas. Ese beso habría sido perfecto para cerrar el trato. Era hermosa, amable, inteligente y determinada. ¿Por qué no podía quererla? Se lo preguntaba mientras miraba por la ventana.


_Tal vez deba irme _Lana dijo mientras se apresuraba a las escaleras con la cara roja y sin sonrisa.


_Lana…


Ella volteó en su dirección con una sonrisa torcida y dijo antes de marcharse.


_Feliz cumpleaños, Clark.


Clark pasó la noche en vela. Y por supuesto, fue porque no dejaba de pensar en Whitney.



La mañana siguiente, caminó hasta la cocina con la cabeza cabizbaja. Sólo planeaba desayunar una manzana y un pan tostado ya que sentía náuseas, pero no supo si debido a su insomnio o a los sentimientos arremolinados en su cerebro al punto de la somatización


Su madre estaba cocinando en la mesa, revolviendo mezcla para galletas, lo que le recordó a las galletas que la señora Fordman hacía. Cómo deseaba en ese momento ir a visitar a Whitney, comer con él y su madre, y luego encerrar al chico en su habitación toda la noche mientras hablaban de todo y nada a la vez, después claro de hacer cosas que no se atrevía a nombrar ni siquiera en su mente.


_¿Perdón? _Clark recordaba vagamente que su madre había dicho algo.


_Decía que si ayer te fue bien con Lana _dijo su madre con una sonrisa suspicaz.

_¿Estabas espiando? _sólo entonces Clark captó que alguien tendría que haberle dado su fecha de nacimiento a Lana. Su madre le leyó el pensamiento de inmediato.


_Ella me pidió la fecha. Sé que no somos mucho de celebrar cumpleaños, pero pensé que te haría ilusión si Lana lo celebraba contigo.


_Fue un buen detalle, gracias _Clark le dijo con una sonrisa que se desbarató tan pronto como se formó.


_No era mi intención incomodarte.


_No es eso _Clark se sentó junto a su madre mientras tomaba una manzana del cesto en la mesa_. Sólo tengo una duda. ¿Tú crees que el amor crece?


_Por supuesto _Martha dijo al instante_. Con cada día que pasa, amo más a tu padre, por mucho que crea que no es posible. Después de todo lo que hemos pasado juntos, creo que hemos construido algo muy firme, pero no se logra en un día.


_¿Entonces es normal si alguien no se siente tan apasionado al iniciar una relación?


_A veces pasa. Hay matrimonios arreglados que con el tiempo desarrollan sentimientos sinceros. Muchas personas mayores dejan de sentirse locamente enamoradas de sus esposos, pero el amor perdura, y son felices con ello. Aunque es normal que a tu edad eso no parezca posible, creéme, lo entiendo.


_¿Te pasó con papá? _Clark dijo con sonrisa pícara. Martha sonrió.


_Recuerdo que casi me vuelvo loca en nuestra primera cita. No podía creer que fuera a cenar con un hombre tan guapo. Y cuando me contó que le gustaba trabajar duro en el campo… eso le sumó muchos puntos.


Martha vació la mezcla de las galletas en un molde, luego continuó.


_Pero no les pasa igual a todos. No te preocupes si Lana no luce tan apasionada como te gustaría, esos sentimientos pueden crecer.


_Entiendo _Clark dijo, feliz de que su madre no entendiera a quién se refería en realidad. Su madre le puso una mano en el hombro.


_Sólo recuerda, sé comprensivo, y no trates de convencerla de hacer algo para lo que no está lista.


La cabeza de Clark ardía lo suficiente como para cocinar huevos hervidos sobre su frente, pero ni eso lo distrajo de su dilema. 


¿Podría lograr que sus sentimientos por Lana crecieran? Su madre lo había dicho, ese amor loco, desenfrenado, del que tanto hablaban en las películas, podía cultivarse. ¿Qué pasaba cuando ya lo sentía por alguien pero quería desarraigarlo? Conforme amara más a Lana, podía ser que sus sentimientos latentes por Whitney se fueran, era lo lógico. Sólo tenía que estar dispuesto a dar el paso. Tenía que comprometerse emocionalmente con Lana, y entonces podría hacer que sus sentimientos se nivelaran de la forma en que su amiga lo merecía.


No pudo seguir considerando el tema porque Lex llegó en ese momento a la casa, a tiempo para hablar con Jonathan. Ya que Lionel no estaba invitado a la boca, Lex le pidió a los Kent que se sentaran junto a él durante el ensayo de la boda, para ocupar el lugar de sus padres, a lo que Martha y Jonathan aceptaron gustosos. Después de eso pasaron a hablar de la lista de invitados.


_Y no te preocupes Clark _dijo Lex_, me aseguraré de sentarte a lado de buena compañía.


Clark sonrió por obligación, sabiendo lo que eso significaba. Después de lo que había pasado la noche anterior, dudaba que estar con Lana el día del ensayo fuera a terminar en algo bueno. Con suerte arreglaría las cosas a tiempo.



Cuando llegó al talón, Chloe y Lana conversaban animadamente en la barra sobre lo que Lana se pondría para la boda. Lana estaba arreglando la cafetera y tenía unas bolsas oscuras bajo los ojos. Clark entrecerró los ojos ante el resplandor de la luz artificial en el local.


_¿Y esas ojeras? _Chloe bromeó_. No me digas que te quedaste despierto hasta la una igual que Lana.


Clark no supo qué decir. Miró a Lana en busca de una pista, pero su rostro decía que también estaba en blanco. Si Chloe estaba tan de buen humor, quería decir que no sabía del pastel del cumpleaños, pero las miradas de Lana y Clark fueron suficientes para que conectara los hilos. De inmediato su sonrisa desapareció.


_Por supuesto _Chloe susurró.


Pete llegó a salvar el día, pues Chloe iba a estudiar con él, lo que paró la conversación en seco.


_¿Todo bien? _dijo Pete mientras Chloe metía sus cosas a la mochila como si quisiera que entraran a un bolsillo secreto que estaba hasta el centro de la tierra.


_Sí, sólo pensaba en gente que no es honesta consigo misma.


Lana la miró confundida mientras la rubia y Pete se alejaban, pero Clark no necesitaba más contexto. Aunque no importaba lo que Chloe pensara de él. No estaba siendo deshonesto con nadie si de verdad pensaba ir en serio con Lana. Iba a comprometerse a cuidar de ella y ser lo más afectuoso posible, los sentimientos intensos llegarían después. No era una mentira si creía que con el tiempo podría amar a Lana. La decisión estaba tomada. Lo único que restaba era seguir el plan.

_Te debo una disculpa por lo que pasó ayer _dijo Clark.


_No, fue mi culpa, creí que la conversación iba en una dirección errónea.


_No te equivocaste, me asusté en ese momento, es todo _Clark dijo con su mejor sonrisa_. Pero quiero que lo nuestro pase. Estoy listo.


_Lo que pasó ayer fue un error, Clark _Lana le dijo con voz seria_. Esto no solo nos implica a nosotros, sino también a Chloe. No quiero que termine lastimada por nuestra culpa. Tal vez por eso ayer te alejaste, en el fondo lo sabes.


_Te digo que solo fueron nervios. Yo quiero estar contigo _Clark dijo, determinado.


Lana entreabrió la boca, pero antes de pronunciar palabra salió de la barra y se fue caminando a limpiar una mesa.


_Tengo que trabajar.



Dado el nulo éxito en el Talón, Clark lo intentó de nuevo por la tarde.


La encontró cerca de la antigua casa de Nell, cabalgando sobre Donatello. Probablemente Whitney ya estaba sano para cabalgar también. Sacudió la cabeza, ese no era el momento de pensar en esas cosas.


Lana dirigió a Donatello hasta Clark en cuanto se percató de su presencia, luego bajó del caballo con la cara hecho un enigma.


_Hola _la saludó en voz baja. Lana lo miró todavía más preocupada.


_Clark, tal vez no es buena idea que hablemos _dijo mientras se abrazaba los brazos.


_Ya sé lo que piensas. Y estoy de acuerdo en que es complicado. Pero vale la pena intentarlo, solamente hay que contárselo a Chloe. Puede ser algo impulsiva, pero sé que será comprensiva siempre y cuando seamos honestos con ella.


_¿Cómo estás seguro?


_La conozco desde hace años, tú también. No es una mala chica _Clark la miró con cara de súplica.


_¿Y qué hay de Whitney?


Clark pestañeó. Le tomó unos segundos darse cuenta de que Lana no lo decía en forma acusatoria, al menos porque ella no tenía la misma información que Chloe. Clark suspiró y dijo lo más seguro:


_Lo tomará bien. En un buen amigo-


El día se aproxima.


Una voz resonó en su cabeza, como si se tratara de un pensamiento propio, pero tenía la voz de un hombre mayor, que hablaba como si diera una orden.


Clark intentó recordar lo que estaba por decir, pero la voz sonó de nuevo. El día se aproxima.


Había algo en esa frase tan imperativa que le causó un escalofrío, como un mal augurio.


_¿Estás bien?


_Lo siento, tengo que irme.


Y partió sin dar más explicaciones.


Durante el resto del día, la voz siguió repitiendo esa frase una vez tras otra. Y en efecto, resultó ser un prólogo al resto de cosas extrañas que ocurrieron ese mismo día.


El Dr. Waldon, que había quedado en coma por exponerse al poder de las cuevas Kawatchee, había recuperado la consciencia pero de inmediato había sido transportado a un hospital de alta seguridad debido a su conducta errática. Este escapó de su confinamiento al romper una pared de cristal, sin siquiera tocarla; a su paso había dejado una serie de marcas en idioma kriptoniano en las que Lex estaba muy interesado.


Cuando Clark fue a las cuevas a buscar más información, encontró a Lionel, que le explicó que ahora las cuevas Kawatchee estaban bajo la jurisdicción de Luthorcorp y que había construído su propia llave de kriptonita para poder descubrir los secretos de la nave espacial que desconocía era de Clark.


Y en medio de todo estos sucesos, la extraña voz seguía llamando.


Aunque habló del tema con sus padres, no halló ningún consuelo. Por primera vez su vida tenía sentido: la chica por la que siempre había suspirado compartía sus sentimientos, le iba bien en la escuela, y pronto se convertiría en hermano mayor. De pronto tenía demasiado que perder.


Aún así, no tenía tiempo de regodearse en su preocupación. El ensayo para la boda de Lex era ese día y no había terminado de escribir las palabras que daría a los presentes. Hizo a un lado sus problemas y esperó que ayudar a su amigo pudiera servirle como distracción, y con suerte también acallaría la extraña voz.